Editorial Por José «Gaucho» Hernández
“Solo sé que no sé nada” o «solo sé que nada sé«, famosa frase atribuida al filósofo griego, en la que expresó que era consciente de su propia ignorancia.
Sin embargo esa lógica no se encuentra escrita de forma literal en ningún texto.
En la obra Apología de Sócrates, Platón expone una versión del discurso pronunciado por Sócrates durante el juicio antes de su muerte: “Este hombre, por una parte, cree que sabe algo, mientras que no sabe. Por otra parte, yo, que igualmente no sé tampoco, creo”.
En definitiva para el filósofo griego, la sabiduría procede precisamente del reconocimiento de la ignorancia. Y si lo aceptamos, lo reconocemos o lo citamos en algunas reuniones o charlas robándole su reflexión, en forma de broma o en un encuentro serio, entonces ¿Por qué no lo comprendemos?, quizá la pregunta es, ¿ POR QUE NO NOS COMPRENDEMOS?.
Cuando el destino me puso a caminar por el asfalto de la ignorancia, lo hice transitando con los pies de una supuesta sabiduría. El andar me llevó hasta un lugar donde me asomaba a lo verdaderamente desconocido.
Si yo sabia que significaba la solidaridad, ¿Quién me lo iba a explicar? ¿Qué me van a contar a mí?
Cuando conocí «Sueños y Sonrisas» supe que no sabía nada.
Esa gente hizo que mis ojos se abrieran como si fuera un recién nacidos, aún con medio siglo de existencia. Mis pupilas que jamás se dilataron gracias a la claridad de sus acciones
«Las niñas de mis ojos» miraban, observaban, descubrían y lloraban…Todos los días lloraban; cuando veían a esos «Soñadores» llevando, trayendo, construyendo, dibujando, pidiendo donaciones, zapatillas y cuantas otras cosas que hoy rebasan mi memoria, como lo hacen también con sus corazones.
Es ese el momento cuando siento que vuelvo al gran filósofo. Porque ellos tienen un poquito de Sócrates en cada uno de sus actos.
SABEN que hay que construir, pedir, armar, regalar etc. Pero a su vez NO SABEN cómo hacerlo. Entonces a improvisar, porque los mas necesitados necesitan; redundancia obligada en un territorio donde las cosas deben ser simples y sencillas.
Y en ese andar casi armonioso pero a su vez desesperado, las ideas y acciones brotan en pensamientos desmedidos, expresados y desordenados.
Hay días donde el ego se hace fuerte para bien y para mal. Allí los veo cabalgando sobre una ola gigantesca de emociones, éxitos. Y en otras, padeciendo un inexistente sunami, construidos por ellos mismo, cuando ocurre ese afán de hacer, sin dar curso al timonel.
Me pregunto:» Sueñan, con un mundo mejor«, aunque algunos dirán que solo sueñan los dormidos y los veo discutir. ¿Y el amor…y la acción…? ¿ dónde queda la premisa cuando el ego se encapricha?.
El timonel buscará aguas mansas, sobre la reflexión de sus pensamientos, pero es ahí cuando a cada uno de ellos, «Sócrates» les cae como entallado.
Saben que quieren, pero No Saben como. Se enojan creyendo Saber con quien y No Saben que están hiriendo a sus ayudados.
Saben respetar, pero a la vez parecen No Saber del timonel.
Y con dimes y diretes. Con aciertos o errores siguen, se rehacen, se renuevan y lo logran.
Así son ellos. Hay días que me desorientan y otros ,en su mayoría, me enseñan.
Veo como Sueñan con niños sin hambre, sin frio, educados y felices. Veo como se ríen hasta de ellos mismos; ríen cuando logran trepar esa inmensa ola de una altura infinita; Ríen insólitamente entre lágrimas; y también ríen con dolor.
Sueñan y Ríen, todo a la misma vez, pero de amor. Amor por el deber cumplido, sabiendo que no le deben mas explicación que a Dios.
La obra ha logrado trepar un horizonte no imaginado y eso quizá los lleve a improvisar.
Sueños y Sonrisas es AMOR EN ACCION. Ya lo aprendí, lo comprendí ahora me resta saber.
Son inigualables, imparables y hasta desbordantes. Logran hacer felices a muchos, Saben hacerlo, pero quizá, como el gran filósofo lo dijo, no saben darse cuenta todo lo que están logrando.
El timonel lleva mas de una década sobre aguas bravas y mansas. Nunca naufragó, debemos jalar las riendas e izar velas, solo habrá que aprender a darse cuenta de que lado sopla el viento.
Se muy bien lo que he escrito, pero no sé el porque lo hice.
Al fin y al cabo SOCRATES TENIA RAZON